Cada 8 de marzo, sueño con que en todo el mundo se repita lo que sucedió el 24 de octubre de 1975 en Islandia, ese día el 90% de las mujeres de ese país estaban en huelga, en lugar de ir a sus lugares de trabajo, consumir, dedicarse a las labores del hogar o a cuidar de sus criaturas o de las personas dependientes a su cargo, tomaron las calles de Islandia para manifestarse por la igualdad de género. Este evento es conocido como “El Día Libre de las Mujeres” que cambió la percepción sobre las mujeres en ese país.
Por aquel entonces, el sueldo de los hombres islandeses era un 40% más alto que el de sus compañeras y el número de mujeres en el Parlamento no superaba el 5%, como la ONU había declarado 1975 como el Año Internacional de la Mujer, un grupo de feministas islandesas pioneras llamado Red Stocking (medias rojas) tuvo una idea: ¿Y si paramos el país? Su argumento: si las mujeres paran, se para todo.
Efectivamente, ese día pararon los bancos, el transporte, las guarderías, las fábricas, las cajeras… y todas ellas salieron a la calle. 5 años después, Islandia eligió democráticamente a la primera mujer presidente del mundo, Vigdís Finnbogadóttir, una madre divorciada.
“Lo que ocurrió ese día estableció el primer paso para la emancipación de las mujeres en Islandia. Paralizó el país por completo y abrió los ojos de muchos hombres” Vigdis Finnbogadottir.
Yo este año, no pude salir a las calles antes del mediodía, me sentí muy culpable. Llevé comida, agua y café para compartir con mis compañeras que estaban en las calles desde las 7:30 am y que habían estado en la manifestación nocturna, cuando llegué el ambiente era reflexivo y divertido, había complicidad entre todas las presentes.
Hubo un inconveniente con un hombre que no entendía por qué esa concentración era no mixta, y fiel a su educación y condicionamiento social intentó explicarnos las razones de peso para que él pudiera estar ahí, en lugar de hacerse a un lado y unirse a los compañeros que estaban encargados de la zona de cuidados para apoyarnos en la huelga.
Las cifras oficiales hablan de 200.000 durante la manifestación en la gran vía de les corts catalanes en Barcelona, 375.000 en Madrid, también hubo movilizaciones en Estambul, Berlin, Bruselas, Londres, Buenos Aires, Bogotá, Río de Janeiro, Ciudad de México y muchas ciudades más… ¿te imaginas lo que lograríamos si el 90% de las mujeres de todo el mundo decidimos unirnos a la huelga?
No me refiero a ponerse una camiseta con el mensaje de moda, hacer una pancarta e ir a la manifestación durante 1 o 2 horas, para luego ir al bar a tomarte una cerveza y comerte unas bravas, siendo atendida por la camarera que no puede hacer huelga porque puede perder su trabajo. Hablo realmente a tomarnos las calles durante todo el día, para hablar, hacer acciones y, sobre todo, para demostrar que, si nosotras paramos, se para el mundo.
¡Nos vemos en las calles!
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